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El problema del doxing de Telegram va mucho más allá de Myanmar. WIRED habló con activistas y expertos en el Medio Oriente, el Sudeste Asiático y Europa del Este, quienes dijeron que la plataforma ha ignorado sus advertencias sobre una epidemia de doxing por motivos políticos, lo que permite que prolifere contenido peligroso, lo que lleva a la intimidación, la violencia y las muertes. Telegram, que ahora cuenta con más de 700 millones de usuarios activos en todo el mundo, tiene una filosofía declarada públicamente de que las comunicaciones privadas deben estar fuera del alcance de los gobiernos.

Eso lo ha hecho popular entre las personas que viven bajo regímenes autoritarios en todo el mundo . Pero la estructura del servicio, parte de la aplicación de mensajería encriptada, en parte una plataforma de redes sociales, y su falta casi total de moderación activa la ha convertido en «la herramienta perfecta» para el tipo de campañas de doxing que ocurren en Myanmar, según la activista de derechos digitales Victoire Rio. Esta estructura facilita que los usuarios realicen ataques de crowdsourcing, publicando un objetivo para doxing y alentando a sus seguidores a buscar o compartir información privada, que luego pueden difundir más ampliamente. La información errónea o el contenido doxing pueden pasar sin problemas de cuentas individuales anónimas a canales con miles de usuarios.

La publicación cruzada es sencilla, por lo que los canales pueden alimentarse entre sí, creando una especie de viralidad sin algoritmos que promuevan activamente el contenido dañino. «Estructuralmente, se adapta a este caso de uso», dice Rio. por el tipo de campañas de doxing que ocurren en Myanmar, según la activista de derechos digitales Victoire Rio. Esta estructura facilita que los usuarios realicen ataques de crowdsourcing, publicando un objetivo para doxing y alentando a sus seguidores a buscar o compartir información privada, que luego pueden difundir más ampliamente. La información errónea o el contenido doxing pueden pasar sin problemas de cuentas individuales anónimas a canales con miles de usuarios.

El primer uso masivo de esta táctica ocurrió durante las protestas masivas por la democracia en Hong Kong en 2019, cuando los canales pro-Beijing Telegram identificaron a los manifestantes y enviaron su información a las autoridades. Cientos de manifestantes fueron condenados a penas privativas de libertad por su participación en las manifestaciones. Pero con la ciudad dividida en líneas «amarillas» y «azules» , también se establecieron canales para engañar a los agentes de policía y sus familias. En noviembre de 2020, un empleado de una empresa de telecomunicaciones fue encarcelado durante dos años después de engañar a la policía y a los empleados del gobierno a través de Telegram. Desde entonces, el doxing de Telegram parece estar extendiéndose a nuevos países.

Informe: wired.com