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Los días 7 y 8 de mayo en Washington, DC, se organizó en el salón de convenciones más grande de la ciudad la presentación al complejo militar-industrial de Estados Unidos, sus principales empresas de tecnología y a sus justificadores más abiertos de los crímenes de guerra. Por supuesto, no es así como lo describirían. Fue la "Exposición de IA para la Competitividad Nacional" inaugural, organizada por el Proyecto Especial de Estudios Competitivos, más conocido como el grupo de expertos "tecnoeconómico" creado por el ex director ejecutivo de Google y actual multimillonario Eric Schmidt. El patrocinador principal de la conferencia fue Palantir, una empresa de software cofundada por Peter Thiel que es mejor conocida por inspirar las protestas de 2019 contra su trabajo con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (Ice) en el apogeo de la política de separación familiar de Trump. Actualmente, Palantir suministra algunos de sus productos de inteligencia artificial a las Fuerzas de Defensa de Israel.

La sala de conferencias también estaba llena de stands que representaban al ejército estadounidense y a docenas de sus contratistas, desde Booz Allen Hamilton hasta una empresa aleatoria que me describieron como Uber para software de aviones. En conferencias de la industria como estas, las personas poderosas tienden a no tener filtros: asumen que están en un espacio seguro, entre amigos y pares. Tenía curiosidad: ¿qué dirían sobre la violencia impulsada por la IA en Gaza o cuál creen que es el futuro de la guerra?

A los asistentes se les dijo que lo más destacado de la conferencia sería una serie de paneles en una gran sala hacia la parte trasera del salón. En realidad, esa sala albergaba sólo uno digno de mención. Con Schmidt y el director ejecutivo de Palantir, Alex Karp, el panel que escupe fuego marcaría la pauta para el resto de la conferencia. Más concretamente, dividió a los asistentes en dos grupos: los que ven la guerra como una cuestión de dinero y estrategia, y los que la ven como una cuestión de muerte. La gran mayoría de la gente allí pertenecía al grupo uno. He escrito antes sobre las relaciones entre las empresas de tecnología y el ejército , por lo que no debería haberme sorprendido nada de lo que vi u oí en esta conferencia. Pero cuando terminó y dejé DC hacia casa, sentí como si mi fuerza vital hubiera sido completamente succionada de mi cuerpo.Algunas de las citas notables del panel y la convención, como se destaca en el informe de Haskins, incluyen:

"Siempre es genial cuando la CIA te ayuda", bromeó Schmidt cuando el subdirector de la CIA, David Cohen, le prestó su micrófono cuando el suyo no funcionaba. .

Estados Unidos tiene que "asustar a muerte a nuestros adversarios" en la guerra, dijo Karp. Sobre los graduados universitarios que protestan contra la guerra de Israel en Gaza, Karp describió sus puntos de vista como una "religión pagana que infecta nuestras universidades" y "una infección dentro de nuestra sociedad".

"Los activistas por la paz son activistas por la guerra", insistió Karp. "Somos los activistas por la paz".

Karp continuó argumentando que un aspecto enorme de la guerra en una democracia es que los líderes venden con éxito esa guerra a nivel nacional. "Si perdemos el debate intelectual, nunca podremos desplegar ningún ejército en Occidente", afirmó Karp.

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