LinuxParty
Normalmente utilizamos una buena parte de nuestro tiempo en evitar el acceso no autorizado a nuestros equipos: configuramos firewalls, permisos de los usuarios, ACL, creamos contraseñas seguras, etc.; pero pocas veces recordamos proteger el arranque de nuestros equipos.
Si una persona tiene acceso físico al equipo, puede reiniciarlo y cambiar los parámetros de GRUB para conseguir acceso como administrador al equipo. Basta con añadir un ’1′ o una ‘s’ al final de la línea ‘kernel’ de GRUB para conseguir esa clase de acceso.
Para evitar esto, se puede proteger GRUB mediante la utilización de una contraseña, de forma que si no se conoce, no sea posible modificar sus parámetros.
Si tienes instalado el gestor de arranque GRUB (que es lo más común si utilizas las distribuciones Linux más populares), puedes proteger cada entrada del menú de GRUB con una contraseña. De este modo, cada vez que elijas un sistema operativo para arrancar, te preguntará la contraseña que hayas especificado para poder arrancar el sistema. Y como beneficio adicional, si te roban el equipo, los intrusos no podrán acceder a tus archivos. Se oye bien, ¿no?