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La burocracia y la irresponsabilidad presupuestaria son las peores enfermedades que padecen las administraciones pública y las grandes corporaciones, son incapaces de reaccionar y moverse con agilidad, son como grandes dinosaurios a punto de extinguirse, devorando todo el presupuesto que llegan a sus manos. Llevo tiempo queriendo escribir este artículo, después de muchos años trabajando en IT y luchando por mejorar la productividad, no me asombro al escuchar a donde ha llegado la deuda pública, es lo más normal, tenía que pasar.

Hoy os quiero explicar con un ejemplo como funcionan internamente las Administraciones Públicas cuando necesitan una solución informática. Cada comunidad autónoma y cada organismo público es diferente, pero el proceso más o menos es el mismo.

La necesidad

Supongamos que hay una partida presupuestaria de 500.000€ para unas nuevas subvenciones a PYMES en problemas en un plazo de adjudicación de 2 años. El órgano gestor de estas subvenciones decide publicar la información en internet, y de paso recoger los datos de los solicitantes a través de una serie de formularios.

El pliego de condiciones

El jefe de informática, junto con la persona encargada de las subvenciones redactan en un documento las necesidades funcionales del proyecto, este documento suele ser una carta a los reyes magos, el jefe de informática no suele parar los pies a nadie, no intenta encontrar una solución sencilla al problema, no intenta convencer a nadie (de hecho no sabe y no puede), es como llegar a un concesionario por un coche oficial y decir “lo quiero con todos los extras, hasta con asiento calefactable, aunque estemos en Sevilla”.

Después de las necesidad funcionales, el jefe de informática redacta el pliego de condiciones técnicas, en el cual podemos encontrar:

  • En principio no se puede usar Open Source, hay que hacer el desarrollo desde cero, a no ser que la aplicación O.S. esté homologada por la administración, lo cual sólo ocurre si “hay intereses”.
  • La base de datos tiene que ser Oracle o SQL Server, depende del “mecenas” de esa administración pública, de si es Oracle o Microsoft. Pocas usan MySQL, y si lo hacen, le pagan el soporte a Oracle como si fuera Oracle.
  • El lenguaje de programación tiene que ser Java o .NET, PHP prohibido, no hay “dinero” detrás de PHP, no interesa.
Con estos requisitos, las ofertas que se presentan están entre 200.000€ y 300.000€, y con un plazo de ejecución estimado de 6 meses.
El resultado
Después de 6 meses, lo que habían pedido los usuarios no se parece mucho a lo que se ha hecho, no se han realizado las suficientes pruebas y el software tiene fallos de programación, de seguridad, etc…
La consultora encargada de hacer el desarrollo, en lugar de arreglarlo en periodo de garantía, “no se sabe como”, consigue un contrato de mantenimiento o una segunda fase del proyecto, que se dedica a resolver los errores del proyecto. Esto supone un 50% más al coste del proyecto, es algo que se asume normalmente.
Puesta en producción
Al final han pasado 12 meses, nos hemos comido la mitad del plazo que había para solicitar las subvenciones. Ahora el gobierno hace una modificación, y el software que se había desarrollado no vale, a modificarlo de nuevo, lo que consume 6 meses más.
El desenlace
  • La información publicada en la aplicación no se podía actualizar con facilidad, así que se decidió colgar un documento word con la información.
  • El formulario de registro no funcionaba correctamente, fallaba la firma electrónica, con lo cual no tenían validez, y no se podía recoger la información.
  • Para la puesta en producción, se necesitaron 3 máquinas Oracle, con un coste de 10.000€ al mes, que se pagaron desde el inicio de proyecto.
  • El coste total del proyecto, ha superado los 500.000€, superando la dotación que había para las subvenciones.
  • De los 500.000€ de subvención, 400.000€ fueron para 2 empresas que habían presentado un ERE, el resto se asignó a Pymes que recibieron el dinero 2 años más tarde, algunas habían cerrado, a otras no les hacía falta el dinero, etc…
En resumen
Es un ejemplo de como tirar medio millón de euros a la basura. Podían haber utilizado perfectamente un WordPress, un servidor compartido, y en 2 semanas y 3.000€ se hubiera solucionado todo.

Vía: el blog de Juan Macías.

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