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Hace 25 años, el 26 de abril de 1986, ocurrió el accidente en la Central nuclear de Chernóbil.
Hoy la zona de exclusión, o zona muerta, establecida inmediatamente tras la explosión en un radio de 30 km alrededor de la Central, muestra no pocos indicios de que a pesar de todo, allí hay vida.
Las ciudades de Chernóbil y Pripiat (a 3,5 km del lugar del accidente) no están absolutamente muertas. Con el motivo del 25 aniversario de la catástrofe, aquí frecuentan periodistas y agencias organizan excursiones para turistas.
No sólo la curiosidad, sino también la nostalgia impulsa a la gente a volver allí.
Alexei Breus trabajó de ingeniero en la Central nuclear de Chernóbil desde 1982 hasta 1986 y participó en las labores para neutralizar las consecuencias los primeros días después de la explosión.
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