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La búsqueda de la felicidad es un objetivo fundamental en la vida de las personas. Aunque la percepción de la felicidad puede variar de una persona a otra, generalmente se relaciona con el bienestar psicológico, la salud física y el éxito personal y profesional.

Sin embargo, la paradoja de la felicidad, según un estudio de Mike W. Martin en 2007, plantea que cuanto más persigues la felicidad, más difícil se vuelve de alcanzar. En lugar de buscarla directamente, la felicidad puede ser un subproducto de actividades y relaciones significativas.

El profesor Arthur Brooks de la Universidad de Harvard propone un enfoque para gestionar la felicidad y construir una vida más plena, tratándola como una "cartera de inversiones equilibrada". Identifica cuatro áreas igualmente importantes en las que las personas deberían invertir para experimentar la felicidad de manera equilibrada:

1. Fe y filosofía de vida: Encontrar una creencia o práctica espiritual que dé sentido a la vida, ya sea religión o una filosofía personal.

2. Familia: Reforzar los lazos familiares, ya que son relaciones en las que generalmente no se elige pero en las que se puede confiar.

3. Comunidad y amigos: Cultivar amistades sólidas, que suelen ser relaciones íntimas elegidas por nosotros, y que pueden influir significativamente en la felicidad.

4. Trabajo significativo: Priorizar trabajos que brinden satisfacción y sentido, independientemente de su remuneración, ya que no es necesario ganar mucho dinero para sentirse exitoso y servir a los demás.

Brooks se basa en investigaciones que destacan la importancia de las relaciones personales positivas y profundas para la felicidad y la salud a largo plazo. El estudio de desarrollo de adultos de Harvard, que ha monitoreado vidas desde 1938, señala que estas relaciones son fundamentales para la felicidad y contribuyen a un envejecimiento más saludable.

Aunque estas áreas de la "cartera de inversiones" pueden contribuir al 25% de la felicidad de una persona, Brooks enfatiza que no existe un control absoluto sobre la felicidad, ya que aproximadamente el 50% está influenciado por la herencia genética y las circunstancias actuales.

En última instancia, equilibrar y dar prioridad a estas áreas puede mejorar significativamente cómo nos sentimos, y aunque ninguna de ellas brinde felicidad por sí sola, complementarse y existir en armonía es fundamental.

Referencias: