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Que paciencia, por no decir resignación la de gentes tan buenas, como son los castellano manchegos, leoneses y extremeños no se levantasen y pidiesen la independencia, otro gallo les cantería y les verían desde Madrid de otra forma, si las comunidades de oeste peninsular se unieran para reivindicar una inversión en infraestructuras más lógica, que el ruinoso corredor mediterráneo. (Sólo por poner un ejemplo)

Que la línea recta es la más corta entre dos puntos, ya lo sabían los romanos que usaron el "natural" corredor de la vía de la Plata, para unir el puerto de Sevilla con el puerto de Gijón

Si el último n-ésimo descarrilamiento que ayer ocurrió en Extremadura, hubiera ocurrido en Cataluña... saldría en todos los telediarios y periódicos, pero aquí no merece la pena... Hagamos pobre la pobre Extremadura. Que ha sido siempre un filón de pobres, de mano de obra barata, para las fábricas del norte de España.

Pero no nos equivoquemos, han hecho pobre a Extremadura, no es que Extremadura fuera pobre, que siempre fue una comunidad pujante. Las nulas inversiones por parte de un estado centralista en el siglo XIX y XX dejaron a Extremadura en las peores de las situaciones posibles para competir con sus vecinas, y todavía está lejos de alcanzar una paridad con sus "compañeras de viaje". Sólo mejoró ligeramente cuando entró España en Europa y Europa vio lo que Madrid ignora.

Cuando Extremadura era el granero y huerta de España, cuando había aquí una pujante industria alimentaria, acompañado de todo el sector auxiliar que le acompaña, las inversiones en ferrocarril (principal medio de distribución en el siglo XIX) caen drásticamente en Extremadura para potenciar las del este peninsular, como son Murcia y Valencia. A partir de ese momento, y ya durante el siglo XIX, los productos de oeste llegarán siempre más tarde que los productos del este, no encontrando mercado, y el que lo encontraba, era porque había viajado en carreteras.

Ya durante el siglo XIX y durante todo el siglo XX, la inversión en carreteras y autovías en el este peninsular fueron radicalmente mucho mejores que las del oeste peninsular y fue cuando Extremadura empieza a entrar en la miseria.

Obligados por la falta de oportunidades ante la escasez de trabajo porque su industria ha sido deliberadamente ahogada por sus gobernantes, centenares de miles, e incluso un par de millones de personas del oeste de España tiene que emigrar a otro lado (vaciando pueblos y aldeas).

Si usted quiere viajar al pasado, coja un tren en Atocha (Madrid) y véngase hasta Cáceres, y tendrá la sensación de viajar en el tiempo. Si antes de hacer el viaje, ha venido usted en el AVE, casi le parecerá que viaja a un mundo diferente.

Bueno, ya está... Ahora vas y lo cascas.

Fuente: Aquí.

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