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Los resultados obtenidos con el BICEP2 son la primera prueba directa de la inflación cósmica inmediatamente posterior al Big Bang. Vía BICEP2 2014 Release Image Gallery

Figura 1. La historia del Universo de acuerdo al modelo ΛCDM.

Desde hace varias décadas, el modelo ΛCDM es la estructura teórica que define nuestra comprensión del universo. Este modelo sostiene que el cosmos contiene tres elementos principales: la materia bariónica (ordinaria), la energía oscura y la materia oscura. La última, que constituiría aproximadamente el 27% del universo, es invisible y no interactúa electromagnéticamente; sin embargo, se la percibe mediante sus efectos gravitacionales en estructuras cósmicas. Fue la astrónoma Vera Rubin quien descubrió que, al medir la velocidad de rotación de las galaxias, había una discrepancia entre la masa visible y la fuerza gravitacional necesaria para mantener esas rotaciones. Esto llevó a proponer la existencia de un tipo de materia no visible: la materia oscura.

Image credit: Earth: NASA/Blue Earth; Milky Way: ESO/S. Brunier; CMB: NASA/WMAP.

Figura 2. La expansión del universo crea el fondo cósmico de microondas (CMB).

Además de las curvas de rotación galáctica, otras observaciones, como las lentes gravitacionales (donde la luz se curva debido a la masa de cuerpos invisibles) y las fluctuaciones en el Fondo Cósmico de Microondas (CMB), consolidan la importancia de esta teoría. Según el modelo ΛCDM, la materia oscura es esencial para explicar la formación de galaxias y la estructura a gran escala del universo, además de brindar la cohesión necesaria para que estos sistemas existan en la forma que observamos hoy.

El Debate Científico: Cuestionando la Materia Oscura

Primera imagen de materia oscura. S. Epps & M. Hudson / University of Waterloo

Figura 3. Esta imagen, en falso color muestra dos galaxias (en blanco), conectadas por un puente de materia oscura (en rojo). Imagen: S. Epps & M. Hudson / Universidad de Waterloo.

The Millennium Simulation Project

Figura 4. Imagen de la estructura a gran escala del Universo, mostrando filamentos y vacíos dentro de la estructura cósmica. Esta tela de araña cósmica sería muy diferente sin la presencia de materia oscura. Crédito: Millennium Simulation Project.

Un reciente estudio, que ha suscitado bastante interés y polémica, plantea que la materia oscura podría no existir y, en cambio, sugiere un enfoque que alteraría profundamente el tiempo de vida del universo. Esto implicaría que el cosmos es dos veces más antiguo de lo que calculan las estimaciones actuales, cuestionando el Big Bang y el periodo inflacionario que se cree que ocurrió apenas unas fracciones de segundo después de esta gran explosión.

Este estudio se suma a otros intentos previos de explicar los fenómenos gravitacionales que atribuimos a la materia oscura a través de teorías alternativas. Uno de los enfoques más conocidos es la dinámica newtoniana modificada (MOND, por sus siglas en inglés), que propone modificar las leyes de la gravedad a escalas cósmicas, eliminando la necesidad de incluir la materia oscura. Aunque MOND logra explicar ciertas características en galaxias individuales, ha fallado en ajustarse a fenómenos más generales, como el Fondo Cósmico de Microondas o la formación de cúmulos de galaxias, aspectos que sí logra el modelo ΛCDM.

Un Universo de 26.700 Millones de Años: La Hipótesis del Tiempo Expandido

El nuevo estudio presenta una hipótesis aún más radical: en lugar de tener un universo de aproximadamente 13.800 millones de años de edad, sugiere que este tendría el doble de antigüedad. Esta idea está basada en una revisión de la expansión cósmica, que en el modelo ΛCDM se explica por el Big Bang y un periodo inflacionario. La hipótesis propone que el universo siempre ha tenido una constante expansión, lo cual eliminaría la necesidad de la materia oscura y alteraría el concepto de la energía oscura. Sin embargo, la gran pregunta sigue siendo: ¿puede esta teoría explicar todos los fenómenos que la materia oscura actualmente sustenta?

Evidencias Observacionales y Contraargumentos a la Nueva Teoría

Los defensores del modelo ΛCDM y de la existencia de la materia oscura argumentan que las pruebas observacionales que sustentan este modelo son vastas y difíciles de refutar. Observaciones de cúmulos galácticos, como el Cúmulo Bala (Bullet Cluster), muestran que las nubes de gas visibles y los componentes invisibles están separados tras la colisión de dos cúmulos de galaxias, un fenómeno que se explica gracias a la interacción diferencial de la materia ordinaria y la oscura. Para muchos cosmólogos, este tipo de observaciones reafirman la existencia de la materia oscura como una entidad distinta de la materia bariónica.

 Cúmulo de galaxias 1E 0657-56

Figura 5. Imagen de rayos X (rosa) superpuesta sobre una imagen de luz visible (galaxias), con distribución de materia calculada a partir de lentes gravitacionales (azul) en el Cúmulo Bala. [Imagen: NASA/CXC/M. Weiss – Chandra X-Ray Observatory]

Otro elemento importante es la estructura a gran escala del universo. El diseño filamentoso de las galaxias, conocido como la red cósmica, sugiere que la materia oscura desempeñó un papel crucial en atraer la materia visible hacia estos filamentos. Sin la influencia de la materia oscura, estas estructuras tan densas y específicas serían difíciles de justificar solo con la gravedad de la materia bariónica.

Además, el Fondo Cósmico de Microondas y sus pequeñas fluctuaciones de temperatura proporcionan un mapa fósil de las primeras etapas del universo. Las variaciones de densidad en este mapa, cuando se comparan con los datos del modelo ΛCDM, coinciden con la presencia de una cantidad significativa de materia oscura que ayudó a moldear las primeras galaxias.

Conclusiones: Un Enigma Aún Sin Resolver

El artículo que cuestiona la existencia de la materia oscura y sugiere un universo mucho más antiguo abre una ventana interesante y provocativa en el ámbito de la cosmología, aunque aún no logra reemplazar el modelo actual. La teoría del tiempo expandido requiere pruebas observacionales adicionales y la capacidad de explicar fenómenos que el modelo ΛCDM ya abarca con éxito.

La existencia de la materia oscura sigue siendo uno de los grandes enigmas de la física moderna. Aunque no se haya detectado directamente, la comunidad científica ha reunido un cuerpo significativo de evidencia indirecta a su favor. La aparición de teorías alternativas es importante para el progreso de la ciencia, y podría arrojar nueva luz sobre un problema que ha eludido la comprensión directa durante décadas. Sin embargo, hasta que estas nuevas teorías puedan reproducir los éxitos del modelo ΛCDM en explicar y predecir observaciones, la materia oscura continúa siendo una pieza clave en el rompecabezas cósmico.

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